Cada año el estrés hídrico y enfermedades del suelo (la temida y terrible yesca, sobre todo) acaban con algunas de las cepas de la parcela, por lo que cada cierto tiempo tenemos que hacer replante de marras… Y nos ha tocado este año, por primera vez…
No ha sido tan terrible como pensábamos, aunque seguimos con agujetas en brazos y piernas… pero con ilusión por tener en la parcela estas nuevas plantas.