¿Qué es el vino natural?

Desde que empezamos a plantearnos la idea de hacer una microbodega, consideramos hacerlo desde una perspectiva agrocológica: máxima responsabilidad hacia el territorio tanto mediambientalmente como en lo social y cultural. Así que, inevitablemente, descubrimos los vinos naturales y vimos claramente que era así como queríamos hacerlo.

Ya habíamos hecho unas pruebas de vino sin sulfitos (ni nada más), pero no sabíamos que había una denominación para ello, y un buen (en todos los sentidos) grupo de personas que ya lo estaban haciendo y promoviendo.

Veníamos de años trabajando en agroecología, y de la eterna discusión entre producción ecológica (certificada) y agroecológica (biodiversidad, variedades tradicionales, economía social, escala humana, integración en redes, soberanía alimentaria…), y cuando empezamos con el vino natural volvimos a vernos en algo similar: ¿qué son los vinos naturales? ¿no son todos los vinos “naturales”? ¿es que hay vinos “artificiales”? ¿qué diferencia hay entre vinos naturales y ecológicos?

Llegamos tarde a esto de los blogs…, pero con el confinamiento tenemos un poco más de tiempo para buscar espacios de comunicación que quizás teníamos pendientes. Además, son días de reflexiones varias, intentamos analizar la situación con perspectiva y nos miramos más que antes.

Así, nos gustaría compartir algunas de estas reflexiones y pensamientos sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos… porque ahora más que nunca es importante pararnos, mirarnos (y vernos), pensarnos y construirnos en realidades y relaciones más sanas, cuidadoras y sostenibles.

Empezamos por el principio… ¿qué son los vinos naturales?

Los vinos naturales son vinos que se elaboran de forma artesanal respetando al máximo la uva, el territorio y las personas. Por eso:

  • Las personas que lo elaboran también cultivan las uvas, y están arraigadas al territorio.
  • Son proyectos pequeños, familiares o cooperativos: generan economía local y social.
  • Se cuida la uva como materia fundamental, sin utilizar pesticidas de síntesis ni herbicidas en su cultivo.
  • Se fomenta la biodiversidad, en el cultivo y en el territorio, priorizando y promoviendo las variedades locales de cada zona.
  • No se utilizan levaduras comerciales, ni sulfitos, ni otro conservante o corrector.

Se conocen como “vinos sin sulfitos”, aunque son mucho más que esto. Es importante por tanto resaltar la calidad de la uva, que tiene que estar sana para poder elaborar vino sin conservantes ni correctores, la pequeña escala de su producción, su arraigo al territorio y el carácter único de los vinos. Al no tener sustancias que eviten o modifiquen los procesos microbiológicos que se dan en el vino de forma natural, son vinos más vivos, más originales y sorprendentes.

Racimo de uva de la veriedad «Messeguera» o «Merseguera»

¿no son todos los vinos “naturales”? ¿es que hay vinos “artificiales”?

Aunque la terminología “vino natural” no acaba de gustar a todo el mundo, especialmente a las personas que no hacen vino natural “del todo”, si es cierto que esta denominación alude al hecho de que en su elaboración se realizan muchas menos intervenciones y añadidos que en la elaboración convencional de vino.

Desde los conocidos sulfitos (dióxido de azufre -SO2), pasando por las levaduras comerciales, nutrientes para activar y alimentar a las levaduras, bacterias lácticas, enzimas, correctores de acidez, taninos comerciales, clarificantes, antioxidantes, proteínas, carbones activos, estabilizantes, chips de madera para simular barrica… existe una gran gama de productos enológicos para crear un determinado vino a partir de uvas de procedencias y manejos diferentes. Este es el trabajo de enólogos y enólogas que consiguen crear vinos estables y homogéneos, enmarcados dentro de un perfil de marca, cuando cada año es diferente y, en el caso de bodegas grandes, cada año la procedencia de la uva es diferente.

Sin embargo, en las bodegas que elaboramos vino natural las uvas siempre vienen de las mismas parcelas (las nuestras, arrendadas o acordadas, pero que manejamos directamente o de forma cercana), el vino fermenta con las levaduras y bacterias autóctonas que hay en el terreno, y que cada año son diferentes, dependiendo de la climatología, y la uva es seleccionada para que esté sana y no sea necesario añadir conservantes.

Así, unos vinos están más cerca del proceso de fermentación “natural” de la uva, que otros, que están mucho más intervenidos a nivel humano.

¿qué diferencia hay entre vinos naturales y ecológicos?

Los vinos ecológicos se enmarcan dentro de la normativa europea de producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos, regulada por el Reglamento 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo, del 30 de mayo de 2018.

Este reglamento marca unas directrices de producción y elaboración de productos ecológicos que deben ser certificados por organismos estatales o regionales, públicos o privados, para garantizar su cumplimiento.

Esto supone que la persona que cultiva o elabora productos ecológicos, si quiere hacer uso del sello o denominación “ecológico, orgánico o biológico”, debe pagar una certificación que garantice su cumplimiento, y realizar la gestión de los documentos necesarios para su comprobación.

Los vinos naturales siguen por principio las pautas de producción ecológica, incluso de forma más estricta, como es el caso de las producciones biodinámicas o agrocológicas, donde no se utilizan sustancias químicas de síntesis, pero también se fomenta la biodiversidad, la fertilidad del suelo, las variedades locales, los manejos tradicionales…

Pero además, en bodega no se utilizan ninguno de los productos que sí están permitidos en la elaboración de vinos ecológicos.

¿por qué hacemos vinos naturales?

Porque creemos que es la forma más honesta de hacer vino y de valorar unas tierras y territorio que amamos profundamente.

No consideramos una forma de cultivar que contamine la tierra, el aire y la biodiversidad que nos rodea.

No consideramos una forma de hacer vino que utilice uvas no-sanas, ni intervenciones que maten la vida que alberga (las levaduras sobre su piel), y que modifique su sabor, su color, sus aromas… si lo hiciéramos, quizás obtendríamos vinos más estables o enmarcados en los gustos de un mercado estadandarizado, pero nos estaríamos perdiendo el vino que nuestras uvas darían de forma “natural”, su expresión, la expresión del territorio y de la climatología de ese año.

Puedes ver los vinos que tenemos ahora disponible AQUÍ, y dónde encontrarlos AQUÍ.

¿por qué nos gusta beber vinos naturales?

Es que, claro, además de hacerlos, también nos gusta beberlos, como no podía ser de otra forma… Y es que una vez que te inicias en los vinos naturales, ya no hay vuelta atrás.

Al principio chocan un poco… porque estamos acostumbradas/os a unos perfiles de vinos muy definidos, sobre todo quienes no tenemos mucho conocimiento o experiencia, y nos descolocan mucho: ¿y este olor? ¿y este sabor? ¿y los posos? ¿y las turbideces?.

A veces, incluso, no sabríamos distinguir si es así el vino o no está bien… sobretodo al principio. Y es que algunos “errores” en los vinos convencionales tan solo son “características” en un un vino natural, que pueden estar integradas o no, pueden gustarte o no, pero forman parte de su “ser”.

Así que, luego, cuando vas conociendo vinos y conociendo cómo se elaboran, las variedades de uva de las que proceden, los terrenos donde se cultivan, la historia de las bodegas y personas que los hacen, las diferentes técnicas de elaboración… ay… entonces se te abre un mundo de diversidad sorprendente, preciosa, donde sólo puedes relajarte, compartir, aprender y disfrutar sin complejos…

Y es entonces cuando ya no hay vuelta atrás, y lo que antes era un vino correcto ahora es sólo eso, pero te falta más… te faltan aromas, te faltan colores, te faltan sabores, te faltan sensaciones, juego, sorpresa… Y ya está: bienvenida/o!!!! abre botellas, compártelas o no, y sobre todo disfruta.

Más info: Asociación de Productores/as de Vinos Naturales: www.vinosnaturales.org